sábado, 28 de enero de 2012

Cómo distinguir entre un restaurante japonés y uno chino

Uno de los principales problemas con los que nos encontramos los forofos de la cocina japonesa es poder distinguir entre un restaurante japonés de verdad y los restaurantes chinos reconvertidos que proliferan por ahí, diluyendo, desvirtuando e, incluso, mancillando el buen nombre de la gastronomía japonesa. Por esta razón, medio en broma medio en serio, se me ocurrió la idea de hacer una especie de decálogo para que nadie os dé gato por liebre.
Poco a poco iré completando este decálogo y me gustaría conocer vuestra opinión, para comprobar si estoy o no en lo cierto con mis teorías. No hay ninguna regla que sea infalible al 100%, pero al menos son un punto de partida para que os lo penséis dos veces antes de entrar en un restaurante.
1) Desconfiad de los Kaitensushi fuera de Japón
Como bien es sabido, nadie da duros a cuatro pesetas. Por la misma razón, no es económicamente sostenible un buffet giratorio de sushi (kaitensushi 回転寿司) de calidad por el módico precio de 8€. Las palabras “buffet libre” y “calidad” suelen ser incompatibles. Si me permitís la comparación, y salvando las distancias, podríamos decir que en Japón los (kaitensushi 回転寿司) funcionan como los bares de pitxos: comes todo lo que quieres, pero luego te cobran en función de los platos que has comido y los precios se rigen en función de un código de color de los platillos. Así, al final del ágape, el camarero cuenta los platillos que tienes en la mesa y, según su color, te aplica un precio u otro. El hecho de equiparar el kaitensushi a un buffet de barra libre “all you can eat” por un precio único es una adaptación que han hecho algunos restauradores chinos, para dar comida de poca calidad haciéndose pasar por japoneses.
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Este restaurante se lleva la palma, porque es capaz de condensar gran parte de los puntos del decálogo de los restaurantes pseudo-japoneses.
2) Desconfiad de la ostentación
La estética japonesa suele distinguirse por el minimalismo y la austeridad (en ocasiones, rozando incluso lo cutre) más que por la ostentación y la pomposidad, más propia de otras culturas vecinas. Como norma general, los establecimientos abigarrados de farolillos, fuentes feng shui con grullas, dragones, pagodas, metales dorados y cosas por el estilo, en el 90% de los casos no suelen ser de fiar. Perdón. Quería decir que “no suelen ser genuinos”.
3) Cuidado con la rotulación
He observado que la mayoría de restaurantes “pseudo” suelen tener rótulos E-N-O-R-M-E-S. Cuando veáis un cartel de punta a punta con letras bien grandes, incluso con letras luminosas, ¡echad a correr!
Los restauradores chinos cometen otro error muy frecuente a la hora de rotular sus restaurantes pseudo-japoneses: utilizan caracteres (furigana 振り仮名 ). El término furigana está formado por el verbo “furu” (añadir, adjuntar) y “kana” (escritura silábica hiragana o katakana). Este tipo de escritura está formada por caracteres silábicos kana de pequeño tamaño que se colocan junto a un ideograma (kanji 漢字) para indicar su pronunciación.

Son muy comunes en los libros de texto para aprender japonés como pequeña ayuda de pronunciación, en los cómics (Manga 漫画), en los libros infantiles… y en aquellos ideogramas cuya lectura pueda ser complicada o confusa. Como los ideogramas japoneses (kanji 漢字) pueden confundirse con los caracteres chinos (汉字 hànzì), los chinos suelen añadir la guía de lectura furigana en los rótulos de sus restaurantes “japoneses” para que, quien pueda leerlos, lo haga siguiendo la pronunciación japonesa y no la china. Es como decir: “Si puedes leer este cartel, por favor, hazlo siguiendo la pronunciación japonesa (y no la pronunciación china) porque este establecimiento es japonés de verdad de la buena”. ¿Creéis necesario hacer las cosas tan evidentes, si fueran japoneses realmente? ;-)
Rotulación con caracteres furigana.
4) Son más japoneses que los propios japoneses
Cuando los camareros lleven kimono tradicional, las camareras lleven el pelo recogido “a lo geisha”, os pongan música japonesa a todo volumen, os agasajen con reverencias al entrar y al salir, los cocineros lleven cintas en la cabeza al más puro estilo kamikaze, y los menús tengan nombre de marca de moto (como Kawasaki, Yamaha o Honda)… ¡salid pitando! :-)
5) Leed bien la carta
En ocasiones, la oferta gastronómica japonesa puede incorporar platos de origen chino como el (chāshū チャーシュー), el (Rāmen ラーメン)… hasta aquí todo bien. Pero la cosa empieza a ser sospechosa cuando nos encontramos el rollito de primavera (harumaki 春巻き), el arroz tres delicias o ¡el Pato Pekín! ;-) ¿Os imagináis un restaurante “italiano” donde sólo sirvieran fabada asturiana, paella valenciana, gazpacho andaluz y cocido madrileño?
6) Cristal al ácido
Hay una extraña moda muy común en los restaurantes chinos que se ha extendido de forma sospechosa entre los restaurantes pseudo-japoneses: los cristales de sus ventanas suelen tener un inconfundible efecto de cristal al ácido. A veces me pregunto: ¿forman parte de una franquicia? ¿Cómo es posible que se hayan puesto todos de acuerdo? Este suele ser un ingrediente infalible para hacerse pasar por un “auténtico” restaurante japonés sin realmente serlo… lo curioso es que hay mucha gente que pica.
Vinilo con efecto cristal al ácido.
7) Cartas permutables
Una permutación es un reacomodo de objetos o símbolos en secuencias diferenciables. A cada ordenación única se le llama una permutación. Por ejemplo, con los números del uno al tres, cada ordenación posible de éstos, sin repetirlos, es una permutación.
Siguiendo esta misma premisa matemática, hay restauradores que crean curiosas combinaciones de ingredientes al confeccionar sus cartas, ordenándolas por ingredientes y añadiendo permutaciones.
Veamos algunos ejemplos.
Arroces: Arroz con pollo, arroz con cerdo, arroz con verduras y arroz con ternera.
Tallarines: Tallaines con pollo, tallarines con cerdo, tallarines con verdura y tallarines con ternera.
Pollo: Pollo con arroz, pollo con tallarines, pollo con verduras, pollo con cerdo y pollo con ternera…
Podríamos seguir hasta el infinito, a base de ternera con arroz y verduras, verduras con pollo y tallarines o tallarines con ternera y verdura.
Si veis este tipo de cosas en la carta, ¡salid corriendo!
8) Faltas de ortografía
No hay que ser un Cervantes o un Murakami para escribir un menú correctamente. ¡Pero al menos que lo hagan sin faltas de ortografía! Muchas veces veo la palabra (Teppan’yaki 鉄板焼き) escrita de múltiples formas: Teppayaki, Tepanyaki, Tempayaki… o (Moriawase 盛り合わせ) erróneamente escrito como: Moriwase, Moriawasse o Mariawase. Si cometen este tipo de fallos en la carta, es probable que no sean realmente japoneses.
Eso sí, en ocasiones hay errores ortográficos que pueden ayudaros a identificar si realmente son o no son nipones: Los japoneses no tienen el sonido “L” en su silabario. Por eso, muchas veces confunden la “L” y la “R” cuando hablan y, ante la duda, suelen optar siempre por la “R” que sí aparece en su sistema fonético. Lo mismo sucede con el sonido de la “Z” española, que suelen pronunciarlo como una “S” o como una “Z” sonora (similar al inglés). Otra peculiaridad es que, según el sistema de escritura japonés, todas las consonantes deben ir seguidas de una vocal (salvo algunas excepciones). Por esta misma razón, para no dejar las consonantes “solas”, su acento se caracteriza por acompañar las consonantes con la vocal “U”.
Por eso a veces dicen cosas como “Oh, eres muy aRUto”, “me gusta esta canSHIon”, “arroS FUrito”, “mesa para TOres peRUsonas”, “sushi espeSHIal” o “PUrato comPUREto”…

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