El año del dragón confirma a Wen Zhang como el nuevo actor de moda en China
La temporada invernal suele ser un buen termómetro para tomar la
temperatura a la actualidad del cine comercial chino. Las principales
apuestas del cine nacional suelen adelantarse o retrasarse para caer en
este periodo, entre el 15 diciembre y el 30 enero, que comprende tanto a
la Navidad occidental como al Año Nuevo chino, el mes y medio
tradicionalmente más lucrativo para las carteleras chinas. Las llamadas “películas de año nuevo”
(贺岁片) son un festivo tanteo a lo más popular en el mundo del celuloide
chino y suelen ser protagonizadas o incluir cameos de las personalidades
más destacadas en el mundo de la cultura, el cine y la televisión.
Este año, una figura que llevaba tiempo postulando para rey del star system chino
se ha coronado como el actor más popular del año lunar entrante, el año
del dragón. El joven Wen Zhang (文章) ha estado presente en hasta tres de
los grandes estrenos de fin de año, repitiendo la proeza que el año
pasado protagonizó Ge You, hasta ahora rey indiscutible de las películas de año nuevo.
Este recién llegado, nacido en 1984 en Xi´an, ha protagonizado una
meteórica carrera con la que en apenas cinco años se ha metido a crítica
y público en el bolsillo, saltándose la etapa de “joven promesa” para
zambullirse de lleno en el Olimpo de las pantallas y conversaciones de
todo el país. Nuevo ídolo de adolescentes en celo y protagonista regular
de revistas y programas de actualidad, se dio a conocer en televisión
tras graduarse en 2006 en la Academia Central de Arte Dramático de
China, ganando diversos premios al “Mejor actor revelación”.
Uno de los últimos éxitos de Wen Zhang.
Aunque su salto a la pantalla grande se dio en 2008, en 2010 confirmó su calidad como actor en la película “Oceans Heaven”
(海洋天堂), en donde interpretó al hijo autista de Jet Li fascinado por la
vida marina. Se cuenta que para el papel tuvo que aprender a nadar, y
que visitó a diario una escuela para jóvenes autistas para descubrir
cómo canalizar alegría o angustia a través de gestos, ya que en la
película contaba con escasas líneas de diálogo. El resultado no sólo
convenció al público chino y arrancó numerosas alabanzas de la crítica
cinematográfica, sino que hizo pensar a muchos que realmente sufría de
autismo. Durante la promoción de la película se erigió además como una
figura solidaria al aprovechar el foco mediático para llamar la atención
sobre la situación que sufren las familias con un miembro autista.
Desde entonces ha seguido colaborando con la fundación de Jet Li en
diversos proyectos, como la ayuda a las zonas de China golpeadas por la
sequía.
Este año ha protagonizado una de las grandes sorpresas de la cartelera china, “Love is not blind”
(失恋33天), que logró gran popularidad al conectar con el sentimiento de
melancolía y abandono de todos aquellos jóvenes chinos que han sufrido
un desengaño amoroso. Interpretaba esta vez a un afeminado y solitario
homosexual, mostrando un registro irreconocible respecto a papeles
anteriores y volviendo a erigirse como uno de los principales actores de
su generación.
En los últimos meses, los medios de comunicación del país se han volcado con Wen Zhang.
Volvió a actuar junto a Jet Li en “The Sorcerer and the White Snake”
(白蛇传说之法海), una nueva versión cinematográfica en clave de acción de una
popular leyenda de la mitología china. La última en llegar ha sido
“In-Laws New Year” (亲家过年), una clásica película de fin de año chino
estrenada este mes en donde se mezcla comedia y tradición familiar.
Aunque estas dos últimas películas sean bastante prescindibles, han
asentado la presencia de Wen Zhang en el panorama audiovisual chino,
poniendo durante meses su cara en periódicos, noticiarios y pantallas de
metro.
Y esto es tan sólo el comienzo para este actor que regala realidad a
base de entrañables y cercanas sonrisas, tras las cuales esconde
personajes complejos y creíbles a partes iguales. Se encuentran ya en
postproducción otras cuatro películas que cuentan con su presencia y que
se estrenarán durante 2012, incluyendo una nueva versión de “Viaje al
Oeste” a cargo del hongkonés Stephen Chow. Gusta tanto a los jóvenes,
que lo perciben como el novio o amigo ideal, como a los mayores, que ven
en él al hijo o yerno perfecto. Para desgracia de todos ellos, está ya a
sus 27 años casado con la también actriz Ma Yili y tiene incluso una
hija.
Comienza el año del dragón como la principal figura joven del
panorama audiovisual comercial chino, muy bien recibido por la crítica
gracias a sus creíbles y atrevidos papeles, y apreciado por el público
gracias a una mirada y sonrisa de esas que te meten en el bolsillo a la
primera de cambio.
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