Kim Jong-il, probablemente el más excéntrico, hermético y brutal dictador del mundo, ha muerto.
La televisión norcoreana atribuyó su fallecimiento a la fatiga durante
un viaje en tren. Incluso en su último momento, en la despedida, el
dirigente norcoreano se rodeó de la propaganda que le había llevado a
concederse el título de 'Querido Líder' y 'salvador de la patria'. El
mensaje: Kim murió trabajando por sus compatriotas hasta el último
suspiro.
"Nuestro gran líder Kim Jong-il falleció el sábado 17 a las 8.30 de
la mañana mientras viajaba para realizar sus funciones de liderazgo",
anunció entre lágrimas y vestida de luto la presentadora de la
televisión oficial norcoreana KCTV. El líder de la República Democrática
Popular de Corea tenía 69 años y había padecido problemas de salud
desde que en 2008 sufrió una apoplejía.
"Todos los miembros del Partido, el Ejército y el público deben seguir fielmente el liderazgo del camarada Kim Jong-un", añadió la locutora mencionando al sucesor, el menor de los tres hijos del dirigente fallecido.
La muerte del líder norcoreano llena de incertidumbre el
futuro de la potencia nuclear y último Estado estalinista puro del mundo.
Las riendas del país quedan en manos de un joven del que se desconoce
casi todo y cuya edad no superaría los 30 años. Kim Jong-un hereda un
Ejército de 1,2 millones de soldados y armas de destrucción masiva, pero
también una economía arruinada que desde los años 90 tiene dificultades
para alimentar a su población.
El funeral por Kim Jong-il se celebrará en la capital, Pyongyang, el próximo 28 de diciembre.
El líder norcoreano había recibido el mando del país tras la muerte de
su padre, Kim Il-sung, en 1994. Nunca llegó a tomar oficialmente el
cargo, nombrando a su progenitor 'presidente eterno'. Fue una señal
temprana de que seguiría fielmente sus pasos.
Kim Jong-il prosiguió la política de aislamiento con el exterior y
reprimió con dureza cualquier disidencia interna. El 'Querido Líder'
organizó el secuestro de cientos de ciudadanos extranjeros por medio
mundo, planeó atentados terroristas y reforzó un sistema de vigilancia
'orwelliano' que ha convertido a los 22 millones de norcoreanos en
prisioneros de su propio país. Nadie puede abandonar la nación. Mostrar insuficiente devoción hacia el líder se paga con la cárcel.
Ciudades y pueblos están adornados con los retratos de los dos Kim,
padre e hijo. Todos los ciudadanos, sin excepción, deben llevar en la
solapa un pin con la imagen de uno de ellos.
Parte de la incertidumbre sobre el futuro de Corea del Norte reside
en las dudas sobre la capacidad del régimen para crear un culto a la
personalidad similar para el joven Kim Jong-un, que tendrá como padrinos
a veteranos generales y hombres fuertes del Partido de los
Trabajadores. El miedo a la inestabilidad dentro del 'Reino Hermético' provocó la bajada de las bolsas asiáticas
esta mañana y puso en alerta a las fuerzas armadas de Corea del Sur. El
país más impredecible del mundo es desde hoy un poco más impredecible.
Kim Jong-il, en el pasado conocido como el único gordo en un país de
famélicos, era conocido por sus lujos, los excesos con el alcohol, su
afición al cine y una imagen extravagante reforzada por su permanente y
su costumbre de calzar plataformas para ganar altura. Desde su enfermedad, en 2008, había aparecido demacrado y extremadamente delgado. Las dudas sobre su salud, sin embargo, se habían despejado en el último año después de que realizará viajes en tren a China y Rusia, enviando la señal de que su recuperación había sido total.
El país permanecerá oficialmente de luto hasta el 29 de diciembre
y el fallecido será probablemente embalsamado y expuesto junto a su
padre en el Palacio Memorial de Kumsusan, el gigantesco mausoleo de
100.000 metros cuadrados construido en la capital.
Reacción de la Casa Blanca
La Casa Blanca dijo esta noche que está al tanto de la muerte del
dictador norcoreano, pero, de momento, no ha hecho más comentarios,
informa Rui Ferreira.
"Estamos al tanto de la muerte de Kim Jong-il, el presidente fue
advertido de ello y estamos analizando la situación junto a nuestros
aliados", dijo el portavoz de la Casa Blanca, James Carney, citado por
la cadena CNN. Carney añadió que Estados Unidos "sigue comprometido con
la seguridad de Corea del Sur. No hay nada más que decir".
De momento no se sabe si la administración del presidente Barack Obama enviará un mensaje de condolencias a las autoridades norcoreanas,
como hizo el ex presidente Bill Clinton en 1994, cuando falleció el
antiguo líder norcoreano, Kim Il-sung, padre de Kim Jong-il.
En Washington se dice que Obama se enfrenta a un dilema. Si envía un
mensaje estaría haciendo ver a las nuevas autoridades norcoreanas que
pretende seguir con las conversaciones sobre la construcción de armas
nucleares en el norte de la península Coreana. Caso contrario, seria un
jarro de agua fría que congelara dichas conversaciones.
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